Comprar una caja fuerte responde a unas necesidades de seguridad concretas.
Lo primero que tratamos de explicar a nuestro cliente, ya sea un particular o una empresa, es que adquirir una caja fuerte no es un gasto, sino una inversión en seguridad a largo plazo.
Veamos las motivaciones de ambos segmentos para adquirir una caja fuerte, además de los modelos de cajas de seguridad que recomendamos en cada caso:
El cliente particular que acude a nosotros interesándose por una caja fuerte, es un cliente de edad madura y cierto nivel adquisitivo, que habitualmente dispone de una caja de seguridad contratada en algún banco.
Este cliente no quiere depender del horario o del protocolo que marca dicha entidad, para acceder al contenido de su caja de seguridad. Y acostumbrado a disponer de este servicio para mantener a salvo sus objetos en una caja fuerte, optan por disponer de su propia caja en su domicilio.
El efecto contagio por haber sufrido un robo, es otro de los motivos que llevan a un particular a adquirir una caja fuerte. Ya que en caso de robo en la vivienda, la caja fuerte ofrece una seguridad adicional para nuestros objetos de valor.
En otras ocasiones buscan mantener fuera del alcance del personal de mantenimiento o del hogar, las joyas, el dinero en efectivo u otros objetos.
Un público más joven, acostumbrados a que hubiera una caja fuerte en el domicilio de sus padres, optan por continuar con está costumbre en su propio hogar.
En ambos casos, el cliente particular prefieren que la instalación de la caja fuerte contemple su anclaje al suelo. El tipo de sistema de cierre varia. El cliente más joven está más abierto al cierre electrónico o combinado con llave, el cliente de mayor edad prefiere un sistema de cierre mediante llave.
La caja más vendida entre nuestros clientes particulares para instalar en su hogar es:
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Los clientes profesionales que recurren a nosotros para adquirir la caja fuerte que más se ajuste a las necesidades de seguridad de su negocio, son de ámbitos diferentes.
Desde el pequeño comercio como un restaurante a grandes empresas que han sufrido un robo y consideran que una caja fuerte es una medida adicional para paliar las consecuencias de un nuevo asalto, o que sencillamente en caso de sufrirlo prefieren estar mejor preparadas.
También existen una serie de empresas obligadas por ley a disponer en sus instalaciones de una caja de seguridad grado IV como: Joyerías, galerías de arte, administraciones de loterías y bancos.
Todos ellos encuentran el modelo adecuado para su actividad:
Pequeño comercio y restaurantes:
Grandes empresas:
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Grado IV obligatorio para empresas:
La opción intermedia relación calidad-precio:
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Si quieres asesoramiento sobre nuestros modelos de caja fuerte para particulares o para empresas, no dude en contactar y nosotros nos ocupamos de lo demás:
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